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En una estatua de Simon Bolivar (libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia) ubicada en el centro de Caracas, Venezuela, por medio de una hoz y un martillo se interpreta l’internationale, una canción considerada himno oficial de los trabajadores de todo el mundo (letra original de  Eugène Pottier y musicalización de  Pierre Degeyter)

El acto simbólico de interpretar esta pieza musical sobre una estatua de un personaje representativo en el espacio público nos habla del contraste ideológico que compone muchos sistemas de poder en Latinoamérica. reivindicando a través del acto vandálico con herramientas relacionadas al trabajo una mirada crítica construida desde la resistencia para evidenciar esos vacíos y fracturas que son generadas por esa incompatibilidad.

Simon Bolivar se convirtió en el estandarte principal del nuevo proyecto político llevado a cabo por Hugo Chavez, presidente de la república bolivariana de Venezuela de 1999 al 2013, Esta figura de Bolivar fue utilizada por Chavez como una personificación de lo que debería ser el estado venezolano, de igual forma, Chavez giro todo el discurso Bolivariano hacia una mirada socialista, dejando como resultado un pastiche político insostenible, un estado fallido.