Hablar sobre lo efímero resulta etéreo muchas veces, recuerdos que se desvanecen conforme pasan los minutos, o incluso memorias de cosas que jamás sucedieron. Monumentos a lo poco o nada importante consiste en una serie de pinturas y dibujos que parten de los actos desapercibidos del día a día. En eso que nos hace cotidianamente pero que habita el olvido, ubicándose en la nebulosa gris de un relato cambiante.

Los dibujos y pinturas simulan de manera manual distintos métodos de impresión. Lo impreso como eso que es “verdad”, convirtiéndose en vehículo de lo verídico clausura la posibilidad de arrinconarlo en el olvido, junto a la monumentalidad de los formatos funcionan como señales de advertencia sobre nuestra propia existencia.